La constante comisión de delitos en la cabecera de Tula de Allende, contrasta con el enorme dispositivo de seguridad que acompaña en todo momento y sobre todo en los eventos públicos al alcalde Cristhian Evanivaldo Martínez Reséndiz, observaron vecinos de la demarcación.
Diversas miradas fueron las que captó la “pintada de la transformación” que esta mañana el Ejecutivo tulense encabezó junto a su comitiva en el bulevar Tula-Iturbe a la altura de la comunidad de El Salitre.
En la actividad, en que se balizaron las guarniciones del camellón, el presidente se hizo acompañar de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes se transportaron a bordo de seis patrullas.
Automovilistas y residentes de la citada localidad, además de zonas como San Marcos y El Carmen, catalogaron como un exceso a la seguridad que trae el alcalde y cuestionaron: ¿a qué le tiene miedo?
Más aún criticaron que mientras que él distrae los recursos de la policía municipal en Tula, ocurren asaltos con violencia, lo mismo que la delincuencia vacía locales, los asaltos a transeúnte y los robos a casa habitación son “el pan nuestro de cada día”.
Hicieron alusión al asalto con violencia sufrido por un hombre en la colonia El Cielito, a menos de un kilómetro de la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP), a plena luz del día y a la vista de todos, pues el atraco se suscitó a pie de la carretera Tula-Refinería.
También citaron el robo que sufrió a media semana un local comercial (sexshop) situado en el propio Salitre, en donde además de pantallas y mercancía diversa, hasta los dildos se llevaron.
Finalmente, quienes prefirieron el anonimato por temor a represalias, criticaron que mientras Evanivaldo Martínez, está fuertemente blindado contra la inseguridad, los tulenses de a pie, tengan que padecer los estragos de la creciente inseguridad en el municipio.
